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Es urgente el amor.
Es urgente un barco en el mar.
Es urgente destruir ciertas palabras,
odio, soledad y crueldad,
algunos lamentos,
muchas espadas.


Eugenio de Andrade

Durante muchas décadas, las organizaciones sociales y comunitarias y quienes creemos en la cooperación y la solidaridad, no sólo desde el discurso sino también desde las acciones concretas, hemos estado presentes en los territorios, haciendo frente a situaciones de violación de derechos humanos que disminuyen los medios y las posibilidades para la construcción y disfrute de una vida digna.

Por esto, en medio del confinamiento que vivimos a causa de la pandemia, artistas, gestores y gestoras culturales, organizaciones sociales, populares, comunitarias, ambientales, defensoras de derechos humanos, campesinas, afro e indígenas, colectivos de mujeres, jóvenes, líderes y lideresas sociales, queremos invocar el respeto por la vida digna de todas las comunidades y personas que conforman nuestro país. Y para avanzar colectivamente en esta dirección, proponemos mantener en nuestro de horizonte de acciones, las siguientes consideraciones:

  1. Economía solidaria y cooperativa

    Ante la crisis actual, que no obedece a una pandemia, sino que representa sobre todo una crisis civilizatoria, es necesario reorientar la estructura económica actual. Debemos propender por construir una economía al servicio de los seres humanos y abandonar el actual camino que privilegia la acumulación sobre la solución de las necesidades básicas. En este sentido, invocamos las formas solidarias de producción, circulación y consumo como alternativas reales para lograr este fin.

  2. Derechos para una vida digna

    Es menester exigir y contar con un marco de actuación que garantice los derechos sociales y nos permita acceder de forma universal a la salud, la educación, el trabajo digno, la vivienda digna, a una movilidad amigable con el ambiente y al disfrute del ocio, al arte y la cultura. De esta manera, las personas podrán ocuparse de restablecer y profundizar los lazos de construcción simbólica que afirmen su existencia.
  3. Protección del medio ambiente

    La naturaleza ha demostrado su capacidad inmensa de recuperación, sin embargo, debemos transformar de manera radical nuestra relación y prácticas hacia ella. Es fundamental superar el modelo extractivista y avanzar en uno restaurador que nos permita garantizar la vida humana actual y la de las futuras generaciones. Es momento de entender que no somos seres por fuera de la naturaleza, es hora de abrir los ojos y derrumbar los muros que construimos para separarnos de ella, es hora de darle el lugar central a una vida que merezca ser vivida y para ello necesitamos aire, agua y alimentos limpios.

  4. Bienestar alimentario y custodia de las semillas nativas

    Es indispensable que el alimento sea fuente de vida y salud. Para esto es necesario garantizar la protección, custodia, defensa y circulación de semillas nativas y criollas; y que existan condiciones para que nuestras campesinas y campesinos puedan producir de manera más limpia. De esa manera, el alimento podrá generar un verdadero bienestar a todas las comunidades humanas.

  5. Trabajo digno

    De manera urgente se deben generar mecanismos para que a todas las personas trabajadoras se les garanticen las herramientas, los espacios y los conocimientos adecuados para desarrollar sus labores de formas dignas, que se les respeten por completo cada uno de sus derechos y que la remuneración de su esfuerzo les lleve a una vida digna. La fuerza de trabajo es una de las más importantes riquezas de este país. No más trabajos sin remuneración, no más informalidad, no más mendicidad.

  6. Cuidado y protección de las mujeres

    Es necesario dignificar los trabajos reproductivos que sostienen la vida productiva. Urge una mirada hacia la vida doméstica y que la sociedad se haga cargo del tiempo de trabajo cotidiano no remunerado de las mujeres. Además, estamos ante la urgencia de atender y acompañar a las mujeres que, dentro de sus propios hogares, son víctimas de violencia. Construyamos redes solidarias, de apoyo y de acompañamiento y exijamos al Estado que se garantice la protección y el derecho a una vida digna de todas las mujeres y las niñas.

  7. La protección de la vida en todas sus manifestaciones

    Finalmente, de manera contundente, exigimos que se respete la vida humana en todas sus manifestaciones. Con relación a la pandemia, solicitamos que todas las medidas para evitar su contagio y para atender a las personas enfermas, vayan encaminadas a preservar la vida, la dignidad y la democracia. Nada justifica el homicidio, el feminicidio, las muertes por razones políticas, de luchas sociales o de expresiones de diversidad. Exigimos que cesen los asesinatos, las desapariciones selectivas, los secuestros y la discriminación sistemática a las diversidades sexuales. ¡El derecho a la vida también es la posibilidad real de vivir nuestras vidas en paz!


Este documento es un compromiso que queremos hacer para emprender acciones, generar reflexiones y construir caminos posibles que nos permitan el goce de una vida digna.

Por esa razón, convocamos y nos comprometemos a adoptar Un Pacto por la Vida y a promover en todos los encuentros y espacios de diálogo a los que podamos llegar estos pactos que defienden la vida digna, el medio ambiente, el arte, la cultura, la organización social y la justicia. Son pactos por nuevos paradigmas en los que la vida y el humanismo vuelvan a ocupar el centro de la sociedad.

¡Es tiempo de la solidaridad, de la fraternidad y de la vida!

Súmate a #UnPactoPorLaVida

¡Queremos promover acciones, generar reflexiones y construir caminos para una vida digna!

Última modificación: miércoles, 29 de julio de 2020, 16:39